Y hoy, no toca periodismo. Ni política. Ni actualidad. Hoy tocan sentimentalismos, volver algo atrás en el tiempo y anunciar algo que me hace mucha ilusión. Cambiamos de temática y de tono para dar vueltas a algo totalmente diferente. ¿Me acompañas?
Un nuevo compañero de vida, de vivencias, de aventuras y de locuras
Pues nada, que aquí estamos, casi a finales de agosto de 2019 y con uno de mis sueños materializándose. La obtención de un perro guía casi finalizada. Pero para entender esto hay que ir casi dos años atrás en el tiempo.
En enero de 2018 era yo un recién llegado a Madrid prácticamente. Acababa de cumplir la mayoría de edad, mínimo que la fundación ONCE del perro guía pide para solicitar un perro guía español que gestionen ellos y nada más pude la hice. Tampoco voy a ahondar mucho en esto, aunque quien tenga curiosidad puede preguntarme, pero podemos resumir la solicitud de perro guía en varios informes, médico, psicosocial, de movilidad y de tu entorno (casa, centro de estudios/trabajo…); un apto o no apto unos meses después y voila, a una lista de espera, o a una espera aleatoria (no lo tengo muy claro) hasta recibir noticias. ¡Y las recibí!
A principios del mes pasado, julio, más o menos un año y medio después de mi apto, tiempo estándar para estas cosas según parece, me llamaron de la FOPG. Tenía un mes para gestionar los papeles en vistas a irme a un curso de perro guía en Estados Unidos en un tiempo aún desconocido (varia gente me ha dicho que unos 6 meses aunque otros optimistas me han hablado de 4). ¿Qué papeles? Informe médico, informe visual, un historial de vacunas así como la prueba del contacto con la tuberculosis, pasaporte, un vídeo siguiendo unas instrucciones muy muy concretas en formato y contenido, donde se viera al usuario en el transporte público, domicilio y alrededores y lugares de frecuentes, y una solicitud a modo de ficha personal donde se detallaran multitud de informaciones personales como la dirección, el tipo de vivienda, mascotas etc. Enviarla y a esperar noticias.
¿En qué estamos ahora? En ese esperar noticias. Siendo agosto un mes prácticamente inábil para todo el mundo las noticias es probable que avancen algo más lentas. Pero a la vez esto ha permitido que me conciencie de que es real. De que en aproximadamente medio año viajaré a Estados Unidos un mes, conoceré y entrenaré con un perro guía que me acompañará muchos años y esto será el inicio de una serie de cambios radicales en mi vida. ¿Nervioso? Mejor sería decir espectante. Con ganas. Emocionado por este cambio, esta nueva experiencia.
Empieza una temporada vertiginosa en un 2019 de inicio extraño y posiblemente de final muy feliz.
Si tienes dudas sobre su función, el proceso o cualquier otra cosa solo pregúntame.
Recuerda que si quieres seguir leyéndome puedes suscribirte al blog por RSS o por correo, y también seguirme en Twitter donde hablo de esto y mucho más en @sdomenechmiguel.
Felicidades, ya verás lo emocionante que es el primer día que te presenten al nuevo compañero. Ahí estuve en el 93.