Hace unos meses, cuando comenté por redes sociales (Twitter, vaya) que iba a empezar esta sección, alguna de las preguntas que me llegó, de @bydiox esta en concreto, fue sobre como organizamos las rutas para llegar a lugares desconocidos. Aunque Juanjo Montiel grabó una demo (buenísima por cierto) sobre como lo hace él, paso a comentároslo (de forma más o menos breve) y, si os quedáis con ganas de verlo en acción, os dejaré también su podcast.
Moverse a ciegas
Una de las dudas que surgen cuando uno empieza a ser independiente es sobre la movilidad. Tengo la suerte de vivir en Madrid, y digo la suerte porque el transporte público que tenemos es sublime. Sí, podría ser mejor. Sí, hay barrios sin metro y pueblos de Madrid Sur donde llega. Es cierto. Pero pese a que partidos con dudoso aprecio a lo público quieran denigrarlo todo lo que quieran, tenemos un transporte público envidiable para muchas ciudades y áreas metropolitanas de España. Y esto es justo reconocerlo.
Partiendo de esta base, es muy probable que la experiencia que yo cuente aquí no sirva a mucha gente ciega que la lea o gente vidente que quiera probarla. Claro, es lo que tengo y lo que conozco. Y con lo que ni me planteaba soñar cuando vivía con mis padres.
Una de las 3500 dudas que surgen a los padres de todo niño ciego cuando se empieza a mover solo, además de los 10000 peligros que pueden acecharle en la calle, será si podrá llegar solo a los sitios. Spoiler: sí. ¿Y cómo? Pues con cuidado, que diría mi amigo David. Ahora en serio. Con cuidado, sí, porque los golpes a poco que veas menos que un gato de escayola serán memorables. Pero la cosa es que sí, se llega. Y bien. Muy bien, en algunos casos. Y es una suerte. Y lo permite la tecnología.
Dependiendo del grado de discapacidad, tenemos deficientes visuales, cuya socialización y modo de vida es prácticamente como el de una persona vidente y que, por tanto, no suelen utilizar bastón ni herramientas de movilidad. Y ciegos totales o con restos visuales no funcionales, que habitualmente nos movemos guiándonos con un bastón o un perro guía.
Las rutas habituales te las conoces. Sea porque te las han enseñado, las aprendiste solo o un trabajador de ONCE te las enseñó. ONCE tiene técnicos/as de rehabilitación, que nos enseñan a movernos y a tareas de la vida diaria, tales como cocinar o limpiar. Conforme vas cogiendo maestría en moverte, vas necesitando menos que te enseñen las rutas. Depende de la pericia de cada uno, claro; pero particularmente utilizo mucho menos sus servicios conforme he ido aprendiendo a moverme solo. Y a su vez aprender nuevas rutas por ti mismo te da más concepción del espacio y te enseña a moverte mejor. Pero para esto, hay que aprender a ir a los sitios desconocidos. ¿Y cómo?
Llegar a sitios desconocidos a ciegas
Tres aplicaciones fundamentales. Google Maps, Moovit y Metrociego. Quédate con eso, será fundamental.
- Google Maps es la aplicación fundamental para llegar a los sitios. Desde ella podemos buscarlos, encontrar su dirección, ver qué estaciones de metro o cercanías y qué paradas de autobús tienen cerca y ver las opciones en las que podemos llegar. A pie, en transporte público de diferentes formas y ajustando preferencias o incluso con distintos servicios para contratar coches con sus precios aproximados.
- Una vez encontrado en Google Maps, suelo buscar la segunda opinión en Moovit. ¿Por qué? Tiene un porqué muy sencillo. Al estar conectado con los diferentes proveedores de transporte público de las ciudades y, por tanto, obtener sus tiempos de espera e informaciones de estado por api, Moovit es capaz de ofrecernos la información más cercana y exacta sobre los recorridos para llegar a sitios en transporte público. Calculando los tiempos, nos mostrará diferentes rutas muy exactas en tiempo y habitualmente más convenientes que las de Google. Y una cosa más. Moovit tiene la capacidad de mantenernos los recorridos. Avisarnos de cuando llega nuestro autobús o metro a la parada o estación, y, cuando estamos dentro, avisarnos de cuando quedan dos paradas, una para nuestro destino, o tenemos que bajarnos. Habitualmente funciona mucho mejor en los autobuses que en el metro, pero es crucial para hacer rutas más exactas sobre todo cuando no conocemos el lugar al que vamos y estamos poco o nada familiarizados con la ruta, la zona o la línea.
- Una vez hemos llegado, si lo hacemos en metro, Metrociego será la solución. Si está mapeada la estación, algo muy probable, podremos ver qué salidas tiene y como llegar a ellas para poder salir de ahí. Al indicarnos Google Maps o Moovit desde qué salida tenemos que ir, Metrociego los complementará y nos permitirá seguir la ruta de forma muy exacta.
- Y de nuevo, Google Maps. Donde podremos buscar el lugar de destino y llegar a él desde la parada de bus o metro siguiendo sus indicaciones a pie por voz, que habitualmente son muy exactas. Adicionalmente, podemos utilizar la brújula cuando nos da indicaciones abstractas e insuficientes para ciegos, como sería “dirígete al suroeste por calle de Alcalá”, pongamos por caso. Una vez vayamos en dirección correcta siguiendo la brújula, nos orientarán las direcciones tipo “gira a la izquierda en la calle José María Fernández Lanseros”.
Y poco más. Espero que os haya servido y que sacie vuestra curiosidad. Ya sabéis que podéis preguntar todo lo que se os ocurra a este respecto y relacionado con la ceguera en general y que lo responderé.
Y el podcast de Juanjo, que no se me olvida. Escúchalo